domingo, 20 de noviembre de 2011

CINE PERUANO EN MEJORÍA PERO CON POCO PÚBLICO



En los últimos años, las películas peruanas han obtenido éxito a nivel internacional. A pesar de ello, son pocas las personas que, siendo peruanas, ven cine peruano. Sin embargo, reconocen que la calidad del cine nacional se encuentra en mejoría. Seguramente, dicen eso porque se enteran de las premiaciones o nominaciones a premios de las películas nacionales a través de las noticias o por algún comentario en alguna conversación entre amigos.

Pero no todo es culpa del público. El caso de la película "Malas intenciones" es reciente e ilustrativo. Esta película fue galardonada como el mejor largometraje latinoamericano en el Festival Internacional de Cine "Ventana Sur" realizado en la ciudad de Mar del Plata en Argentina, ganó el premio a mejor película peruana en el último XV Festival de Cine de Lima y el Premio Especial del Jurado por calidad de dirección de niños en el 39º Festival de Cine de Gramado en Brasil. Por último, ha sido nominada como pre-candidata a los "Premios Goya 2012". La Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España anunció en su Twitter que la película peruana está luchando por ser finalista en la categoría Mejor Película Hiberoamericana.

A pesar de este éxito demostrado internacionalmente, esta película ha sido víctima de intentos de sabotaje por parte de la industria de las cadenas de cine que prefieren pasar películas extranjeras, llenas de entretenimiento, romance y comedia traída desde Occidente. El carácter crítico de la película "Malas intenciones"  que se ubica en el contexto de la violencia política de los ochenta y trata la problemática de una niña inteligente que a través de hechos históricos se convierte en un ser complejo, interesante y oscuro a la vez. Al parecer, este conjunto de características históricas, llenas de información, carácter crítico y psicológico no les agrada a las cadenas de cine comercial, ya que los horarios en los que la película se programa fueron los menos accesibles para el público: lo programaban al mediodía o a la medianoche. Ante ello, el Ministerio de Cultura, envió una carta reclamándole a las cadenas de cine su poco interés por la promoción del cine nacional. En la carta decía lo siguiente:

"No cuestionamos que el cine sea para ustedes un negocio y, como tal, debe regirse por las leyes del mercado. Pero el trato dado a esta película, como a otras cintas peruanas estrenadas en los últimos años, pareciera confirmar que no les interesa en absoluto el desarrollo de nuestra cinematografía y más bien quisiera obstaculizar su llegada el público, pues no le brindan las consideraciones que si le dan a las películas extranjeras, sometiéndola al maltrato de un horario inadecuada y anti-comercial, además de otros reclamos sobre súbitas suspensiones de función, impedimento de acceso a la entrada a menores acompañados de sus padres, descuido con el material de promoción, entre otros hechos de conocimiento público."
Debemos mencionar también que la actriz que protagoniza la cinta, la niña Fátima Buntix, fue impedida de ingresar a ver la película en un cine de Miraflores a pesar de estar acompañada de sus padres. Quienes le impidieron el ingreso, manifestaron que dicha película era muy violenta. La verdad es que no hay violencia en la película, solo hay un drama crítico, oscuro  con referencias a la historia de nuestro país y a nuestros héroes. Mientras las películas de terror, guerra, sexo y violencia de los extranjeros basados en hechos fantasiosos y apocalípticos donde Estados Unidos parece ser el centro del mundo no sufren estos atropellos, las películas peruanas por hacer referencias a la historia nacional sufren este maltrato.

Tomemos en cuenta, entonces, que si muchas personas no ven cine nacional es por la poca cobertura que le dan al cine peruano los comerciantes de las salas de cine que solo buscan entretenimiento sin cultura, ya que la mayoría de jóvenes prefiere las cadenas de cine comerciales como Cineplanet, Cinemark y UVK.

De esta manera, encontramos, una situación en la cual los jóvenes saben que el cine nacional se encuentra en mejoría pero no lo ven debido al sabotaje de las compañías de cadenas de cine. Por ello, debemos promover el cine nacional y si las cadenas de cine comerciales no nos brindan el espacio para ver las cintas, debemos reclamar como clientes que somos o, sino acudir a salas de cine no comerciales como los del Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica que estuvo encargada del último Festival de Cine de Lima.